El mes de junio ha sido rico en acontecimientos de muy diverso tipo. Y varios de ellos, muy distintos entre sí, me han dado algunas ideas para este post. A priori, pensar que podemos aplicar algunas enseñanzas del Brexit, del reciente accidente de Tesla o del flamante fichaje de Kevin Durant por los Golden State Warriors al universo startup resulta una quimera. Pero ya veréis como tiene sentido.
1. Kevin Durant...o la importancia de contagiar una mentalidad ganadora
Esta portada de Sports Illustrated que vi ayer resume perfectamente cómo se ha venido sintiendo Kevin Durant en su exitosa carrera. Y supongo que esto llegó a su máxima expresión estando 3-1 arriba contra los Warriors en la final de la conferencia oeste de la NBA de este año.
Su marcha a los Warriors anunciada ayer se puede interpretar de dos formas. Como la decisión fácil de irse a un equipo que le da probablemente más posibilidades que ningún otro de ganar el anillo el año próximo, abandonando el proyecto de los Thunder, bastante sólido pero no tanto. O bien como una decisión en la que está dispuesto a renunciar en cierta medida a su condición de mega estrella en Oklahoma en aras de un bien mayor: ganar el anillo.
En el plan de convencer a Durant se ha volcado toda la organización de los Warriors, desde Steph Curry hasta los dueños y director deportivo. Todo el mundo ha empujado en la misma dirección, como una sola fuerza.
Y es ese querer alcanzar un sueño (exit) dándolo todo, ese aglutinar y alinear los intereses comunes para que todos los "estamentos" (empleados, management, accionistas) de la startup renuncien en parte y de forma razonable a su interés propio en aras de un objetivo superior lo que constituye la fuerza motriz, el viento de cola para un proyecto emprendedor. Y no es que sea recomendable, es que para mí es condición sine qua non.
2. El accidente mortal de un Tesla... o la importancia del día a día
Si hay una empresa (y un líder) que en los últimos tiempos ha despertado admiración - la cual profeso personalmente - esa es Tesla (y ese es Elon Musk). Tras la presentación el pasado mes de marzo de su más reciente modelo, el Model 3, Tesla consiguió 400.000 pedidos (valorados en unos $14.000 millones) en una semana. Si a eso unimos las continuas noticias sobre su mega fábrica de baterías en Las Vegas, rumores de adquisiciones corporativas, los éxitos de SpaceX (que ayudan sin duda, siquiera por asociación con Musk)... Días de vino y rosas, vaya. Y de repente, cuando todo iba rodado, llega el primer accidente mortal de un Tesla con piloto automático. Imposible estar a salvo del día a día.
Para una startup en proceso de crecimiento y eventual consolidación el día a día es fundamental. El mercado pronto olvida un gran partnership entablado con una gran empresa, o una potente ronda de financiación suscrita por inversores con pedigree, o el lanzamiento de un nuevo esperanzador producto. Los cambios en las dinámicas del mercado, la presión de los competidores, los intereses de los distintos stakeholders alrededor de la empresa. Cualquier circunstancia puede hacer en cualquier momento que se tuerza un camino que poco antes de preveía recto y despejado.
3. Brexit...o la importancia del liderazgo
Semanas antes de que se celebrase el referendum en Reino Unido, un buen amigo que vive y trabaja en Londres ya apuntaba que era éste un lío en el que el otrora flamante primer ministro Cameron se había metido solito. Exceso de confianza? Asunciones erróneas? Desconexión con la realidad? Probablemente una mezcla de todo derivada de éxitos pasados (i.e. las últimas elecciones que ganó holgadamente).
Más allá de las consecuencias "macro" para el ecosistema emprendedor europeo del Brexit, que bien resumía Gary Stewart (Director de Wayra UK & Telefonica Open Future en Reino Unido), a mí me parece que Mr. Cameron y su gente de confianza midieron horriblemente. Y esto es algo que puede suceder, y de hecho sucede a menudo en las startups.
No seré yo quien descubra que la importancia de los equipos es capital en las startups. Un equipo puede hacer muy bueno a unos líderes mediocres. Y unos líderes mediocres pueden hacer malo a un buen equipo. Y un buen equipo y unos buenos líderes muy probablemente se harán mutuamente muy buenos. Pero para que esta ecuación funcione debe fluir la comunicación, deben conocerse las inquietudes, temores y aspiraciones de cada lado, deben todos ser capaces de ponerse en los zapatos del otro, deben todos comprender y empatizar con los intereses del otro. No valen las asunciones ni los puntos de vista unilaterales. Porque un día te despiertas y ha ganado el Brexit.
Food for thought. Hasta la próxima.
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